El Litoral se alista para una nueva cosecha académica. Cerca de doscientos mil estudiantes, entre hombres y mujeres, culminan en las próximas semanas una etapa de estudios iniciada, para unos, en el jardín de infantes. Son los nuevos bachilleres. Los últimos días de enero o los primeros de febrero era la fecha de las tradicionales graduaciones en la Costa; lo saben quienes hoy conducen, aún, directa o indirectamente, la educación y el país. La relación entre invierno y año lectivo, en un país falto de caminos vecinales y de escuelas y colegios bien ubicados y equipados, siempre debe ser tomada en cuenta por las autoridades. Todo cambio busca propiciar el buen vivir. Por esta época, desde hace un par de lustros, he redactado mensajes, nacidos del corazón y de la experiencia de maestro, para los noveles bachilleres. Lo hago, nuevamente, desde esta columna en EL UNIVERSO.

Bachilleres 2017:

-Disfruten la meta alcanzada. El camino fue largo. Ustedes han escalado una primera montaña; desde esa cima pueden divisar nuevos horizontes y fijarse retos más exigentes. Sus padres estuvieron muy cerca de ustedes, no los olviden, ámenlos. Sus maestros fueron modelando sus vidas, su mente y su carácter; recuérdenlos con respeto y cariño, siéntanse bien si llegaron a quererlos. Despídanse de las aulas, pero no de la institución que los forjó; no se peleen con los libros, porque ellos refrescarán siempre sus espíritus y alimentarán sus mentes; despídanse de sus compañeros, pero cultiven la amistad surgida en las aulas, porque los buenos amigos siempre son una razón más para vivir.

–Familia, patria y libertad son valores destinados a sostener la construcción de sus vidas. Ustedes saben de dónde vienen y hacia dónde van. No pierdan jamás la brújula.

-La familia es puerto de partida y de llegada, faro que ilumina el horizonte, calor que alimenta sueños y realidades. Honren los valores familiares, cuídenlos y enriquézcanlos de ser necesario. La familia se construye todos los días inventando pretextos para estar juntos, física y espiritualmente.

-Amen al Ecuador, patria de nuestros abuelos y bisabuelos, hogar de nuestros padres y nuestra cuna. Trabajen por su grandeza, prepárense para servirla, elijan buenos gobernantes, no permitan que se comercie con el honor. Duden de quienes les ofertan patrias nuevas o patrias grandes. Ecuador fue siempre grande, en sus triunfos y derrotas. Nuestra obligación es honrar a nuestros próceres y libertadores y luchar hoy, a brazo partido, para insertarlo cada día mejor entre los países que viven en democracia.

-Juren mantener su libertad a toda costa; jamás la empeñen ni la vendan. Escojan ser libres, desprecien la esclavitud. Hay cadenas que impiden volar. Háganse valer por lo que son. La ignorancia, la pereza, la droga, la carencia de pundonor, el dinero fácil crean esclavos. Los creyentes en Dios tenemos una razón más para dar sentido a nuestras vidas.

“Vigila tus pensamientos, porque se convierten en palabras. Vigila tus palabras, porque se convierten en actos. Vigila tus actos, porque se convierten en hábitos. Vigila tus hábitos, porque se convierten en carácter. Vigila tu carácter, porque se convierte en tu destino”, Mahatma Gandhi. (O)