LA CLÍNICA GUAYAQUIL
14/09/2025 2025-09-19 11:03LA CLÍNICA GUAYAQUIL
La Clínica Guayaquil, con más de 106 años de historia, constituye un referente de la
medicina en el país y un símbolo de la ética profesional. Fundada por el Dr. Abel Gilbert
Pontón, hijo del Dr. Guillermo Gilbert Estrada, ambos pioneros de la ciencia médica en
Guayaquil. Su origen fue humilde, en una casa de madera en la esquina de Pedro Carbo y
Clemente Ballén, pero pronto se convirtió en centro de atención preferido por la
comunidad.
La institución nació con una clara vocación social: servir a los más necesitados, y la
tradición continuó con el Dr. Roberto Gilbert Elizalde, director entre 1950 y 1999, quien
alcanzó reconocimiento mundial al realizar en 1969 el primer trasplante de mano en el
mundo, y pionero de cirugías de esófago, colon e intestino.
Hoy la clínica está dirigida por el Dr. Roberto Gilbert Febres-Cordero, cuarta generación de
esta estirpe, destacado cirujano cardiovascular, dirigente deportivo y filántropo. Fue el
primero en introducir la cirugía laparoscópica en Guayaquil y el uso de tecnología láser
para favorecer el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos.
La clínica ha sido testigo de logros científicos, manteniendo siempre la calidad, con un
trato humano y solidario para pacientes de escasos recursos y personalidades, sin
distinciones. El compromiso altruista de Roberto Gilbert Febres-Cordero, es prueba de la
continuidad de ese legado, y su hija Mónica Gilbert Orús, de seguro continuará con la
tradición familiar como quinta generación.
En días recientes, una investigación periodística sobre presuntas irregularidades en los
pagos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) a prestadores externos han
generado alarma pública. Es indudable que existen proveedores y funcionarios que han
abusado del sistema, lo cual debe investigarse a fondo por la Fiscalía y por el propio IESS.
Sin embargo, no es justo ni responsable incluir en ese grupo a instituciones honorables
como la Clínica Guayaquil, cuya trayectoria de más de un siglo se sustenta en principios de
honestidad, profesionalismo y servicio. La noticia debe ser contrastada y contextualizada.
Algo similar ocurre con entidades de larga trayectoria y reconocido prestigio como SOLCA
y la Junta de Beneficencia de Guayaquil, que durante décadas han atendido a centenas de
miles de pacientes remitidos por el Estado y el IESS, y pese a enfrentar millonarias deudas
por mora oficial, estas instituciones han cargado sobre sus hombros el peso de un sistema
de salud pública en crisis, sin afectar la calidad de su servicio. No se trata de haber pagado
8.000 millones a prestadores de servicios externos, sino de ¿cuántos pacientes han sido
atendidos en más de 13 años y cuáles los servicios recibidos?
De allí la urgencia de separar con claridad a los verdaderos responsables de los abusos, de
quienes han sostenido la salud pública con entrega y sacrificio. No se puede meter
“culebras y alacranes” junto a quienes han construido un legado de confianza y
excelencia. La Clínica Guayaquil, y la estirpe médica de los Gilbert, son patrimonio moral y
científico de la ciudad y del país. Su nombre debe quedar a salvo de toda sombra de duda.
Guayaquil, domingo 14 de septiembre de 2025