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Editoriales Roberto Passailaigue

ACTUALIZAR LA UNIVERSIDAD

ACTUALIZAR LA UNIVERSIDAD

La Reforma Universitaria de Córdoba de 1918, surgió de un movimiento estudiantil para democratizar la universidad y otorgarle un carácter científico, para evitar la injerencia de los gobiernos de turno, autoritarios y militaristas, así como de sus iniciales propulsores de las Órdenes Religiosas. La época y el momento histórico justificaron la revuelta, pero actualmente, luego de 100 años se hace necesario que, con criterio objetivo y pragmático, se proceda a analizar y reordenar el sistema de educación superior, porque no podemos vivir anclados al pasado para progresar como país.

El paradigma universitario de Córdova se mantiene latente, pero mal entendido o peor utilizado en determinados segmentos universitarios. Se confunde autonomía con autarquía y suelen utilizarla para justificar irregularidades. La libertad de cátedra y docencia, no debe ser utilizada para mal informar o adoctrinar a los estudiantes con proyectos políticos de izquierda o derecha, para obtener clientelismo electoral.

El cogobierno universitario no es sinónimo de reparto político de cuotas de poder o entrega de unidades académicas y administrativas, nombramientos, contratos y beneficios, a cambio del apoyo político para la gobernabilidad interna. El cogobierno se sustenta en la democratización de la Universidad con elecciones populares, alternancia y límites de tiempo en las funciones, trasladando prácticas del accionar político público del gobierno estatal, como si aquello contribuye o aumenta la calidad o excelencia educativa o la pertinencia de los procesos; por el contrario, lo que hace es politizar clientelarmente la administración, porque todos quieren llevar parte de la tajada de beneficios que pueden obtener de la función pública.

Asimilar la Universidad al accionar político y democrático como si fuera el gobierno de un Estado, desnaturaliza la esencia misma de la Academia como centro científico especializado para la generación del conocimiento, convirtiéndola en semillero degenerativo de intereses personales o de grupos, fomentando la ineficiencia, ineficacia y mediocridad del sistema.