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Editoriales Roberto Passailaigue

COSTOS DE MAESTRÍAS

COSTOS DE MAESTRÍAS

“Si cree usted que la educación es cara, pruebe con la ignorancia” fue la respuesta de Derek Curtis Bok, rector de la Universidad de Harvard entre 1971 y 1991, al ser preguntado por los altos costos de la educación de calidad.
Existe un proyecto de Ley para estandarizar los cobros por maestrías en el Ecuador, poniendo como tope la suma de $ 13.000; encasillando a todas las instituciones sin considerar sus diferencias e individualidades, lo cual evidencia la demagogia y un total desconocimiento del sistema.
Los aranceles de las maestrías se fijan en atención de los costos de logística del programa, desde el material a usarse, como carpetas, libros, proyectores, internet, mobiliario, aulas, etc., hasta los honorarios de profesores con grados de PhD o maestrías, nacionales o extranjeros, y en caso de los extranjeros, los pasajes aéreos, hospedaje, alimentación, traslados, etc. A mayor calidad, mayor es el costo y por tanto mayor el valor.
El gobierno anterior auspiciaba estudios de posgrado fuera del país pagando 60, 80 o 120 mil dólares, dependiendo de la universidad, tiempo y programa. En Cuba los hay por $12.000 y hay maestrías de una prestigiosa universidad chilena con campus en Miami – USA, con un costo de $45.000. Tanto en Cuba como en USA y en otros países, se debe sumar los pasajes aéreos de los cursantes ($12.000), hotel, alimentación, traslado, por un mínimo de 2 años y con cuatro viajes por año ($16.000), lo que suma un valor total de $93.000 en USA y de $48.000 en Cuba, país comunista.
En Ecuador los costos por maestrías van desde los $7.000 en universidades estatales, hasta $20.000 en universidades privadas, por un programa de maestría de dos años, costo que, dividido para los 24 meses de duración, equivale a $ 833 mensuales, el de mayor valor.
Con éste cálculo, no resulta caro el costo de las maestrías en nuestras universidades, considerando que existen personas que pagan $1.000 mensuales por pensiones de la escuela de sus hijos, lo que resulta mucho más caro que lo que se paga mensualmente por las maestrías. ¿Verdad señora asambleísta?