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Editoriales Roberto Passailaigue

Guerra avisada

Guerra avisada

Luego de las elecciones presidenciales, desde mi columna opine que Ecuador había amanecido con un aire de tranquilidad y alegría, porque la tendencia democrática de libertad, progreso y respeto, había triunfado, al no haberse elegido un gobierno del Socialismo del Siglo XXI.

Dije que Guillermo Lasso no tenía la varita mágica para solucionar todos los graves problemas económicos y sociales, de salud y educación, de seguridad y de gobernabilidad, que afectan a nuestro país hace 16 años.

Continúe diciendo que, tenía que poner orden en casa. Generar un gran acuerdo nacional para lograr gobernabilidad y la reforma de la Constitución de Correa, de la misma manera que las reformas a leyes que permiten vulnerar derechos y libertades ciudadanas, que favorecen un sistema amañado. Siendo una oferta de campaña, esto no se ha hecho.

Lamentablemente se empezó mal, incumplió un acuerdo con el partido político aliado que lo acompañó en su triunfo, con criterios satanizados sobre algo que ahora lo está haciendo sin rubor. Con un partido político de membrete y el equipo de neófitos cercanos, no tendrían cuadros suficientes ni para formar el gabinete, peor para cambiar funcionarios de libre remoción en la administración pública, habiendo tenido que designar o continuar con colaboradores del gobierno de Rafael Correa, bajo el pretexto que son funcionarios técnicos.

Sabemos que los casi dos años de gobierno han sido muy duros, pero hay que felicitar los logros en la vacunación masiva y en la macro economía, como el reducir el indicie de riesgo país, renegociar y bajar el porcentaje de la deuda externa, mantener la dolarización, y por primera vez presentar un presupuesto sin déficit.

Se está poniendo en orden la casa, muy bien, pero mientras esto no llegue al pueblo en salud educación, seguridad y obra pública, seguirá el problema de ingobernabilidad, con la espada de Damocles del acuerdo con la CONAIE y una Asamblea de oposición, en una guerra avisada. El éxito del presidente Lasso, será de los ecuatorianos; si fracasa, nos gobernarán los saupaulistas.