La prueba de un predicador es cuando su congregación no sale diciendo «qué sermón más bonito», sino «haré algo»…. San Francisco De Sales

Los puntos de inflexión en la historia de los pueblos han dependido -principalmente- de sus líderes y -específicamente- de los potentes discursos dirigidos a sus seguidores, generando cambios de esquemas mentales trascendentales a través de sus mensajes. Históricamente, han existido líderes con discursos irascibles así como inspiradores, cuyas implicaciones han sido diferentes. Por ejemplo, Adolf Hitler (1933) y el reciente presidente electo de EEUU, Donald Trump (2016), mantuvieron discursos basados en la violencia, el racismo y la segregación social, exacerbando las disparidades sociales y generando miedo, división y desesperanza. Afortunadamente, también han existido líderes con discursos inspiradores; por ejemplo, Pericles (472 BC), quien promovió la democracia ateniense y dio una nueva definición a la palabra pública en Atenas; Abraham Lincoln (1861), quien mediante su discurso, objetó la esclavitud en EEUU; Mahatma Ghandi (1893-1914), quien motivó e inspiró a la Humanidad a vivir por el camino de la no violencia a través de sus discursos; y Barack Obama, actual presidente afroamericano de EEUU, quien impulsó a la mayoría de los norteamericanos a actuar ante la injusticia sin reaccionar ante ella. A estos ejemplos se suman los discursos de Martin Luther King Jr. -«Injustice anywhere is a threat to justice everywhere»-, John F. Kennedy -«Ask what you can do for your country»-; el mismo Jose Maria Velasco Ibarra -«Denme un balcón y seré presidente»- (5 veces presidente de Ecuador y caso de estudio de oratoria en Harvard University), Jaime Roldos Aguilera, entre otros. En todos estos ejemplos, los dos elementos claves para la generación de cambios de esquemas mentales trascendentales son: el líder y su discurso/oratoria.

Consecuentemente, convencidos de que la oratoria y el liderazgo son herramientas poderosas para alcanzar cambios sociales significativos, en Ecomundo brindamos la oportunidad de exponer las perspectivas, opiniones y fundamentos de nuestros jóvenes -en este caso de I Bachillerato- sobre temas de interés social, con la finalidad de articular la enseñanza, investigación, dotación de recursos del diálogo así como los contrapuntos para contribuir a la construcción de su liderazgo -y con ello- de nuevos esquemas que permitan lograr una convivencia más armónica, tolerante y proactiva; teniendo siempre presente que lo más importante no es solo el mensaje del discurso, sino la coherencia entre el mensaje y las acciones del líder (lo cual implica poner en práctica sus valores y principios) con el fin de generar un impacto duradero en la sociedad.

Estamos seguros que mientras impulsemos este tipo de concurso, tendremos la oportunidad de conocer más Lincolns, más Ghandis, más Luther Kings, mas Kennedys; más y mejores líderes para generar puntos de quiebre positivos en la historia de la humanidad… y tenemos la certeza que aquí los estamos formando.

Bienvenidos y éxitos a los participantes.

Gracias