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Editoriales Roberto Passailaigue

SINCEREMOS LAS EVALUACIONES

SINCEREMOS LAS EVALUACIONES

SINCEREMOS LAS EVALUACIONES

En nuestro sistema educativo, existió exámenes de ingreso a la universidad y de grado para bachilleres. Luego de una gran protesta estudiantil se suprimió el examen de ingreso, manteniendo el de Grado de bachiller. La Revolución Ciudadana volvió a instaurar el examen de ingreso a la universidad conocido como ENES y luego estableció uno de evaluación terminal para bachilleres practicado por el INEVAL, manteniendo inicialmente el de grado, de tal manera que existieron tres evaluaciones.

Actualmente -conforme desde 2013 lo he sugerido desde la presente columna- existe una sola evaluación y se denomina SER BACHILLER, que la aplica el INEVAL, con los estándares que establece el Ministerio de Educación.

Al rendir esta prueba se obtiene el “resultado global”, que es el promedio de los puntajes de los estudiantes en cada materia evaluada. Hasta ahí todo bien, pero a ese promedio le restan o aumentan puntos según el resultado de la “encuesta de factores asociados”, por la que dicen contextualizar las características del entorno de los estudiantes y cómo éstas impactan en su desempeño académico, partiendo de la falsa y perversa premisa que no es tanto el mérito educativo del estudiante si su familia tiene mejor condiciones socio económicas, que aquel que no las tiene; por lo cual, hay que bajarle puntos en su evaluación global, para aumentar al de menores recursos y resultados, que generalmente son instituciones fiscales.

Con este criterio sesgado, obtienen un “promedio global ajustado” con el que dicen evalúan a las instituciones educativas –supuestamente- en igualdad de condiciones, para llegar a la conclusión que en nuestro país la educación escolarizada ha aumentado la calidad, porque “tanto instituciones con nivel socioeconómico bajo como las que tienen un nivel alto, obtienen resultados similares.”

Para justificar ese criterio, nada más perverso y ruin, que bajarte el puntaje al que más tiene, vulnerando los derechos de los estudiantes que realmente han obtenido las mejores calificaciones, discriminándolos por la posición económica social de su familia.

Guayaquil, sábado 14 de enero de 2017