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Editoriales Roberto Passailaigue

AL PRÓXIMO PRESIDENTE

AL PRÓXIMO PRESIDENTE

AL PRÓXIMO PRESIDENTE

Mañana 2 de abril Ecuador elegirá su próximo presidente. Los candidatos finalistas han expuesto sus planes de gobierno y criterios. Ambos ofrecen cambios, uno total y el otro parcial. Han prometido muchas cosas, unas lógicas y viables y otras demagógicas e irrealizables.

Cuatro semanas de confrontación propagandista, llegando al uso de la violencia, la función pública con sus recursos y servidores volcados a la campaña sucesoria. Unas encuestas dan triunfo al uno con amplio margen, otras un empate técnico, otra al otro, con corto margen. En todo caso, mañana se sabrá quién será el próximo presidente.

Sea quien fuere electo, sabrá que recibe un país dividido y endeudado, sin recursos propios ni inversiones extranjeras suficientes para satisfacer sus necesidades; con agresiones y delincuencia de todo tipo, por lo que deberá tomar medidas drásticas y heroicas para ordenar la sociedad, la economía y producción.

La mitad y un poquito más de ciudadanos habrá votado por el elegido, pero la otra mitad y un poquito menos, no; pero será presidente de todos los ecuatorianos, y gobernará no solo para los que lo eligieren, sino para “guacharnacos” y “pelucones”, pobres y ricos, blancos (caucásicos) afro descendientes (negros) y aborígenes (indígenas – indios) y como tal, deberá gobernar con prudencia, ecuanimidad y respeto, sin prepotencia ni autoritarismo, garantizando no solo los derechos de unos pocos, sino también de los demás.

Ecuador quiere libertad con justicia, paz con orden y disciplina, seguridad ciudadana y jurídica, autonomía universitaria y del IESS que es de sus afiliados, libertad de educación, expresión y comunicación. Respeto a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional, que son de la Patria y no del gobierno ni de la revolución. El capital y el trabajo al igual que lo público y lo privado, deben valorarse y garantizarse para lograr un justo equilibrio en busca del bien común, sin favoritismos ni discrímenes. Olvidar rencillas y pacificar al país, sin solapar malos manejos ni delincuencia.

Solo así gobernará como un estadista y no como dictador terrorista.

Guayaquil, sábado 01 de abril de 2017