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Editoriales David Samaniego

Bachilleres 2018

Bachilleres 2018

Tiempo atrás leí en la pared de un colegio: “Persigue un sueño porque hasta los sueños se cansan de correr”. Ustedes son bachilleres de la República del Ecuador: un sueño dejó de correr, lo alcanzaron.

Ustedes nacieron para volar muy alto, no para arrastrarse. Sus mentes conquistan espacios y hacen que sus cuerpos pierdan su gravedad para transportarse a mundos desconocidos. Sueñen, no se cansen de soñar, descubran nuevos mundos. Ustedes fueron creados a imagen y semejanza de Dios, nacieron para cosas grandes y desde ahora también son los pilotos de sus propias existencias. Permítanme, noveles bachilleres, entregarles anhelos y sugerencias nacidos en el corazón y en la mente de quien hizo de su vida un espacio dedicado únicamente a la educación.

Amen a las personas cercanas a sus vidas: a sus padres y hermanos, a sus amigas y amigos, a sus compañeros de trabajo, al pobre y al rico. La vida es corta, trabajen, busquen la prosperidad, siéntanse bien con sus éxitos, no repriman sus sentimientos ni permitan que sus corazones se conviertan en piedras. Alégrense todas las mañanas de estar vivos, sientan la vida, aprécienla, ámenla, cuídenla, degústenla.

Bachilleres 2018: ustedes pueblan el espacio de quienes buscan nuevos saberes y tienen sed de comportamientos eficaces. Ustedes buscan un lugar en una sociedad enmarañada que ha creado sus propias reglas y levantado vallas y cercos; saben que nacieron para triunfar y que los triunfos pagan cuotas de sacrificios y desengaños.

Les exhorto a reflexionar más allá de los avatares del día y remontar urgencias personales para pensar en Ecuador. Nuestra patria vive momentos de confusión, de corrupción, de carencia de horizontes.

Los últimos diez años vividos por ustedes mientras preparaban su bachillerato han sido descritos como un lapso nefasto de nuestra historia nacional, como una época de un desquiciamiento colectivo y la consiguiente pérdida de horizontes engendrando, como resultado, una confusión generalizada sobre quiénes somos y a dónde vamos. Perdimos la brújula, hoy estamos a la deriva. Ecuador está anclado en un pasado con páginas de gloria y también capítulos tristes. La patria no nació hace diez años. A ustedes les toca aclarar conceptos y restaurar pundonores.

La corrupción detectada en la década pasada es una pandemia. Ya no esconden la cara los corruptos, ahora se proclaman inocentes porque tienen expatriados y colocados a buen recaudo los frutos de su rapacidad. ¿Serán ustedes parte de esta carcoma destructora o combatientes esforzados de las huestes del pundonor?

Aprópiense, bachilleres 2018, de aquellos valores que construyen una persona de bien; amen la decencia y el honor; no engrosen las huestes de sinvergüenzas, moderno engendro que todo lo permite y todo lo niega.

Somos parte de una patria que exige responsabilidades, que repudia la corrupción que hoy infesta al país y necesita jóvenes valientes que decidan combatirla. Es posible que los viejos no hayamos hecho a tiempo lo que debíamos hacer. El futuro de Ecuador está en las manos de las jóvenes generaciones que esperamos cumplan su deber con responsabilidad, con sacrificio, con decisión, con optimismo, pensando en la patria, más allá de intereses personales. (O)