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Editoriales Roberto Passailaigue

CANDIDATOS, CANDIDOTES Y CANDILEJAS

CANDIDATOS, CANDIDOTES Y CANDILEJAS

Tiempo de elecciones, momento de ferias electoreras en pueblos, catones y capitales, con baratillo de ofertas demagógicas y populistas, creándose movimientos y partidos políticos por montones que hacen campaña con el dinero de los ecuatorianos. Convencen a personas para participar como candidatos para dignidades de elección popular, atendiendo el llamado de la democracia.

El derecho de participación ciudadana se encuentra previsto en la Constitución y toda persona tiene derecho a elegir y ser elegido, sin otro requisito que tener nacionalidad ecuatoriana, haber cumplido dieciocho años de edad al momento de la inscripción de la candidatura y estar en goce de los derechos políticos, para asambleísta y para para ser elegido Concejal se requiere ser ciudadano en ejercicio y haber residido en la ciudad durante los dos años anteriores, o haber nacido en ella.

Estos son los ciudadanos que crean las leyes desde la Asamblea y ordenanzas municipales desde los Gobiernos Autónomos Descentralizados. La Corte Constitucional ha señalado que no se puede exigir otros requisitos para de justificar probidad, capacidad o competencias, porque se coarta el derecho. Por eso es que estamos como estamos, se debe elevar el nivel de los requisitos para ser candidatos.

Y así aparecen “candidatos serios”, de amplia trayectoria profesional y de reconocida solvencia ética, con experiencia en la administración pública, sin que hayan sido enjuiciados o señalados por corrupción. A estos hay que elegirlos.

También aparecen candidatos malos, quieren hacer de la administración publica un reducto para cometer fechorías y fomentar la corrupción, muchos auspiciados por la delincuencia organizada y la narcopolítica.

Hay los cándidos o “candidotes”, que sin saber leer y escribir o siendo estudiados y leídos, piensan que pueden solucionar los problemas de la sociedad y los candidatos “candilejas”, que son aquellos con popularidad, por aparecer detrás de las luces del escenario, teatro, televisión, futbol, chats de adultos, etc., pero sin conocimiento de lo es y significa la administración pública. (Continúa)