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Editoriales Roberto Passailaigue

La educación y la emergencia

La educación y la emergencia

La Universidad de Guayaquil con 152 años de creación, donde se forman anualmente 170.000 estudiantes, con 2.815 profesores y 1.211 colaboradores de apoyo administrativo, que la ubican como la más grande del país, sería la más afectada con la disminución presupuestaria, con $ 12’ 899.408,16 que reduce las partidas para la contratación ocasional del personal docente y administrativo. Para evitar esa baja presupuestaria se ha sugerido analizar acciones para solucionar el grave problema fiscal que hace años distorsiona la planificación y ejecución de las finanzas públicas, incentivando la creación, producción y competitividad de empresas públicas y privadas, activando nuevos emprendimientos, generando más plazas de trabajo y aumentando la recaudación tributaria. Para ello se propone las siguientes alternativas. 

1) Reducir el tamaño del sector público. Hace 13 años eran 14 ministerios y en la actualidad, son más de 40. 

2) Proceder a un ajuste y ordenamiento de las remuneraciones del sector público, aplicando una política salarial acorde con los países de la región. 

3) Garantizar la seguridad jurídica y efectuar reformas legales acordes a los tiempos y necesidades del país y sus ciudadanos, que estimulen la inversión extranjera y nacional, respetando la no retroactividad de la ley, no discrimen, igualdad, inclusión y equidad. 

4) Crear incentivos y beneficios para quienes inviertan recursos frescos, con un periodo de gracia tributaria y con nuevas modalidades de contratación laboral. 

5) Focalizar el subsidio a los combustibles para beneficiar solo a las clases más necesitadas, evitando que siga favoreciendo a las empresas y clases que sí pueden pagar precios internacionales, o a contrabandistas y narcotraficantes. 

6) Proceder a la renegociación de la deuda pública externa e interna, con intereses más bajos y plazos más amplios, así como las condiciones de la pignoración o preventa del petróleo.

Estas medidas no solo solucionarían la actual emergencia financiera del país, sino que normalizarían el buen uso de las finanzas públicas para muchos años.