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Editoriales Roberto Passailaigue

Lo público y lo privado

Lo público y lo privado

Uno de los temas fundamentales del derecho radica en diferenciar su fuente de origen, que es factor determinante para establecer la materia que origina la estructura y su ámbito de acción, en derecho público y derecho privado.

La parte del ordenamiento jurídico que regula las relaciones de los estamentos e instancias del poder público con las personas naturales y jurídicas, y las que corresponden a la administración pública entre sí, corresponde al derecho público. En contraposición, el derecho privado es la rama del derecho que se ocupa de las relaciones entre particulares, entre personas naturales y jurídicas; así como las relaciones entre particulares y el Estado cuando este actúa como un particular, sin ejercer potestad pública alguna, como el caso de empresas o sociedades creadas con personería jurídica propia y autonomía. Esta diferenciación debe ser clara y de dominio de quienes ejercen la potestad administrativa del Estado en la administración pública, pues su falta de conocimiento hace que cometan graves errores que vulneran intereses de los involucrados discriminando a unos para favorecer a otros, dentro de esta relación entre entidades de naturaleza jurídica diversa, como las de derecho público y derecho privado entre sí, o entre regulador y regulado.

En el Ecuador, los administradores y reguladores del Sistema de Educación Superior y del Sistema Nacional de Educación, que no tienen conocimiento ni experiencia suficiente en la administración pública, aunque con títulos académicos de cuarto nivel, usualmente no educadores y sin relación con los sistemas educativos, suelen cometer injusticias y barbaridades jurídicas, haciéndose esto más evidente cuando mezclan la ley con la ideología o consigna política.

El actual presidente de la República pretende enmendar determinados errores de concepción en la actuación de los funcionarios públicos; las máximas autoridades de los organismos reguladores coinciden con sus criterios, pero funcionarios de rangos inferiores no cambian la actitud errónea y sesgada con que se han manejado por diez años. Ya es hora del cambio.