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Editoriales David Samaniego

Los primos Torres

Los primos Torres

Si ustedes, amables lectores de EL UNIVERSO, no continúan con la lectura de esta entrega, les doy la razón, porque los tales ‘primos Torres’ no son otros que mis primos en primer grado. ¿Por qué algo tan personal en este Diario? Al final de estos párrafos espero hayan disipado sus connaturales incertidumbres.

-Nuestro calendario cívico contempla días para mantener la memoria social de hechos significativos. Familia adentro, algo parecido empieza a suceder con los primos Torres (PT). Un buen día, César Íñiguez Torres, educador nato, nos convoca a una reunión en Gualaceo a quienes éramos sus primos. Sucedió una década atrás, al menos. Algo más de cien parientes dijimos sí a la invitación y nuestro primo comprendió el lío en que se había metido. Risas, abrazos y desborde de adrenalina hicieron de esa reunión la cuna del Acta de Constitución de “Los PT”. Desde esa tarde, religiosamente, cada año, buscamos darle un tinte especial a una reunión que por esencia no puede dejar de ser la misma.

¿Los primos Torres? Una breve explicación. Mis abuelos maternos (Benjamín Torres y Adelaida Íñiguez), oriundos de Loja, tuvieron siete hijos que alimentan la camada PT: los Torres Díaz, los Íñiguez Torres, los Astudillo Torres, etcétera. Lo que describo de los PT sucede en todo hogar. Urge pensar en el conjunto de la constelación familiar, más allá de las paredes de nuestra casa. Me gustaría que los PT sea visto como un intento de hacer familia. Tiempos atrás las familias vivían en los pueblos, todos se conocían y frecuentaban; luego pasaron a las ciudades, abandonaron sus provincias y hoy están dispersos en el mundo. ¿Cómo unir a la familia? Un desafío.

¿Qué pasa con nuestras familias? No soy juez. A la deriva, sin horizontes unas; otras, perdidas entre opciones inciertas. Existen también familias de raíces profundas que resisten con éxito la furia de vendavales. No hay familias indestructibles, existen familias que cada día controlan sus cimientos para no derrumbarse.

Los PT nació para unir a la familia: para saber cuántos somos, dónde estamos, qué hacemos, de qué raíz provenimos. Nuestras reuniones son sencillas y cordiales: abrazos, besos, quién eres, cómo te llamas; un sabroso almuerzo con choclos y algo más; hora social, música con artistas propios, deporte, tertulias hasta el atardecer cuando el frío pide unos draques antes de quemar el tradicional castillo, fabricado en la comarca.

El libro Primos Torres contiene la historia de nuestros progenitores y los datos indispensables para localizar a la familia: dirección domiciliaria, correo electrónico, teléfonos. Un directorio familiar completo convertido en instrumento válido para mantenernos unidos. Los primos Torres Díaz se preparan en estas semanas para ser los anfitriones de un nuevo cónclave familiar.

Sé de hogares que por costumbre reúnen anualmente a la familia ampliada. Bien por ellos. Hay hermanos que no conocen a sus hermanos; hijos que viven distanciados de sus padres; algo contra natura pero real. Convertirse en lazo de unión familiar es una misión y un reto.

“El secreto de una familia es que el amor es más fuerte que el momento en que se pelea”, Papa Francisco. (O)