Es insostenible la pretensión del dictador Nicolás Maduro de mantenerse en el poder como
presidente Constitucional de Venezuela, mediante el más descarado y perverso fraude
electoral de todos los tiempos, con el contubernio de los altos mandos de las Fuerzas Armadas
y Policía Venezolanas, como de sus secuaces y aliados progres genéricos saupaulistas
poblanos.
María Corina Machado y Edmundo González han demostrado valentía, tenacidad y arrojo, para
la liberación de Venezuela de la oprobiosa dictadura de Nicolás Maduro y del Socialismo del
Siglo XXI que ya lleva 25 años, que ha significado el sufrimiento del pueblo venezolano y su
diáspora migratoria por todo el mundo.
La oposición venezolana ha publicado más del 73% de las actas recopiladas de sus delegados
en las juntas electorales, evidenciando el triunfo arrasador de Edmundo González Urrutia con
6’275.000 votos, contra 2´759.000 votos de Nicolás Maduro, y el gobierno se niega a exhibir
sus actas o documentación que justifiquen el supuesto triunfo de Maduro. Existen noticias que
un equipo extranjero se encuentra trabajando a puertas cerradas en el Consejo Nacional
Electoral CNE, para falsificar, forjar y adulterar actas simulando el triunfo; siendo esa la razón
por la que el CNE no publica de manera inmediata las actas de ese organismo controlado por el
Chavismo manejado por Maduro, como todas instituciones del Estado, ya sea la Corte
Nacional, Fiscalía, Contraloría, las Fueras Armadas y Policía, el Servicio Bolivariano de
Inteligencia Nacional – SEBIN, etc.
Lo deleznable es que, esta dictadura tenga secuaces como Andrés Manuel López Obrador y sus
aliados en Ecuador, los miembros del partido político Revolución Ciudadana RC5 liderado por
Rafael Correa Delgado, quienes designaron a miembros de sus huestes para que participen de
veedores gobiernistas en el proceso electoral de Venezuela, pronunciándose de manera
favorable al fraude, como si fuera legitimo.
Así actúan contra la democracia y el derecho los miembros de este partido político, por lo que
debemos negarles nuestro voto en todas las elecciones futuras.

Guayaquil, sábado 10 de agosto de 2024.