No es que los tiempos de antes eran mejores, sino que en el quehacer político había
mayor decencia, ética, moral y civismo. Ahora, como en el tango Cambalache, “Todo es
igual, nada es mejor, da lo mismo ser un burro que un gran profesor…”
Si los actores políticos querían hacer algo que no era legítimo o atentatorio al bien
común, simplemente no lo hacían, caso contrario, le daban apariencia de legalidad y le
buscaban argumentación legal, ética o filosófica, para convencer del por qué de dicha
actuación.
En los últimos días aconteció un acto por demás bochornoso, inadmisible, ofensivo a la
inteligencia humana, a la democracia e independencia de poderes, mediante el cual, la
Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional, convoca al Pleno del Consejo de
Participación Ciudadana y Control Social CPCCS, para llamarte la atención, increparlos y
casi ordenarles, bajo amanezca de destituirlos mediante un juicio político si no
reconsideraban y revocaban la resolución designando a la Dra. Dunia Martínez Molina,
como presidente del Consejo de la Judicatura, para beneficiar al Dr. Mario Godoy
Naranjo, quien resultó relecto, luego de planteada la reconsideración, haciendo que se
reintegre de vacaciones por maternidad un Consejero, contando su voto como válido
sobre la reconsideración de una resolución de una sesión en la que no estuvo
presente, lo que está expresamente prohíbo; y con el voto a favor de Juan Esteban
Guarderas para la reconsideración, quien siempre ha pretendido aparecer como
legalista anti correista y que luego facilitó la elección absteniéndose en su voto, el
lugar de votar en contra en los dos casos, si es que en verdad no estaba complotado.
Además de la burda intromisión de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea, se
violentó procedimientos y se adoptó una nueva resolución designando a Mario Godoy,
sin revocar ni dejar sin efecto la resolución de Dunia Martínez, de tal forma que existen
dos designaciones. Lo peor, es que toda ésta maniobra de RC5 se realiza bajo la
complacencia y complicidad del gobierno. Ya no importa la apariencia ni qué dirán.

Guayaquil, sábado 27 de julio de 2024