“Todos los demonios viajaron a la tierra y allí, los demonios se divirtieron haciendo
maldades, engañaron los demonios a los jueces, los demonios llevaron a la cárcel a
cuanta más pudieron. Los seres humanos estaban angustiados y cuando de pronto,
Dios se dio cuenta, mandó a su Ángel de Luz sobre la tierra y los demonios al verlo se
asustaron, salieron corriendo, huyeron y gritaron, es el diablo. Es el diablo tildaron al
Ángel de Luz que los puede exterminar… Entonces si me han sabido decir el diablo, que
puedo hacer y decir, ¿a Ud. le asusta? a mí me da gracia, ¿a Ud. no le da chiste? pues
suena gracioso. ¿No sé por dónde me ven diablo? …”
¿Hablará Belcebú, Asmodeo o Lucifer, o será algún alienado mental? No, son
declaraciones de Wilmam Terán, ex presidente del Consejo de la Judicatura acusado
por delincuencia organizada para vergüenza de nuestro País, y que según confiesa le
dicen diablo, pero quería hacerse pasar como el Ángel de Luz enviado por Dios para
combatir los demonios.
Habrase visto tremenda desfachatez, mezcla de ridiculez histriónica con conjuros
diabólicos en la Asamblea Nacional y que éste Poder del Estado, se haya prestado para
escuchar más de tres horas a este bufón mefistofélico, en una divagación de evidente
incoherencia mental y atacando a la Fiscal General con afán de desprestigiarla, para
que sus amigos Asambleístas que forman parte del juego, la enjuicien políticamente,
urdiendo una trama de ilegalidad, seguramente para inducir a la anulación de esa
sentencia en firme, ejecutoriada y pasada por autoridad de cosa juzgada, al decir
haberla dictado por presión e influjo psíquico, de la cual se arrepiente.
Se absuelve políticamente a Wilmam Terán y Maribel Barreno, acusados por las
mismas causas y más, con que fuera censurado Xavier Muñoz compañero de ambos; y
por maniobra del mismo grupo, se designa irregularmente en el CPCCS y en la
Asamblea se posesiona a Mario Godoy como presidente de ese desprestigiado Consejo
de la Judicatura. Se están tomando la función judicial a vista y paciencia de todos, con
el silencio y complicidad de algunos.

Guayaquil, sábado 3 de agosto de 2024