La mejor campaña por el “SI”
02/11/2025 2025-10-31 16:19La mejor campaña por el “SI”
Culminó el llamado “paro nacional”, que en realidad se limitó a la provincia de Imbabura,
con base en el cantón Otavalo, y a unos pocos puntos aislados en Pichincha, Carchi y
Azuay. Marlon Vargas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del
Ecuador (CONAIE), anunció el 22 de octubre, mediante un video en redes sociales, el fin
de las protestas “pacíficas” que mantuvieron en zozobra al país durante 31 días; en los
que se bloquearon vías, impidiéndose el libre tránsito, destruyeron neumáticos,
incendiaron vehículos, hasta un destacamento policial; atacándose a la ciudadanía, incluso
a la caravana presidencial. Otavalo, otrora cantón pacífico, laborioso y turístico, fue
convertido en un reducto de violencia y caos.
Las pérdidas fueron millonarias. Según la Cámara de Comercio de Ibarra, Imbabura perdió
cerca de 70 millones de dólares y unas 20.000 plazas de trabajo están en riesgo. En Carchi,
los gremios productivos estiman perjuicios superiores a 32 millones, mientras que el
sector florícola de Imbabura y Pichincha, reporta pérdidas por 26 millones. Ante ello, el
presidente Daniel Noboa anunció un plan de reactivación por 50 millones para la provincia
más afectada.
El paro, convocado sin diálogo previo ni presentación formal de demandas, tuvo claros
matices políticos. Su vinculación con actores de la minería ilegal y la presencia de intereses
partidistas evidencian que no fue una protesta social, sino un intento de desestabilización.
La exigencia inicial —la derogatoria de la eliminación del subsidio al diésel— carecía de
sustento: ese subsidio beneficia sobre todo al contrabando, al narcotráfico y a la minería
ilegal. Acertó el Gobierno al no ceder ante el chantaje. Cuando sus promotores
comprendieron que la presión no surtía efecto, cambiaron el libreto y pidieron aumentos
salariales desproporcionados, suspensión de la explotación petrolera y minera, y amnistía
para los responsables de los disturbios, daños y agresiones.
No faltaron voces que pedían “dialogar” con quienes violaban la ley, confundiendo
gobernar con ceder. El Gobierno actuó con firmeza, preservando el principio de autoridad.
El país entero pudo ver quiénes estaban detrás del paro y quiénes actuaban como
apologistas o cómplices. La ciudadanía ha madurado: ya no se deja engañar por quienes,
disfrazados de protesta, buscan sembrar el caos. A los lobos se les ha caído la piel de
oveja, a los supuestos diablos huma se les ha caído los cuernos y máscaras, y ha quedado
demostrado que los zorros pierden el pelo, pero no las mañas.
Esta paralización ilegal y agresiva, se ha convertido en la mejor campaña por el Sí en la
próxima consulta popular y plebiscito. Ha recordado al Ecuador la urgencia de superar la
Constitución de Montecristi y construir un nuevo marco institucional que devuelva la paz,
la justicia y la legalidad al país. Ha llegado la hora de que los derechos de los ciudadanos
prevalezcan sobre los privilegios de quienes hacen del desorden y corrupción su modus
operandi. Por eso, en noviembre, el voto debe ser Sí en todas las preguntas, como un acto
de defensa nacional frente a la violencia y la impunidad.
Guayaquil, domingo 2 de noviembre de 2025