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Editoriales David Samaniego

Llegó la hora cero

Llegó la hora cero

Miércoles de Ceniza. Es posible que muchos de nosotros recordemos aún el sentido de este día. Termina el jolgorio de carnaval. Hemos sido generosos con los requerimientos corporales, con seguridad hemos disfrutado de la presencia de familiares y amigos. Siempre es placentero volver a sentir la cercanía de personas con quienes estamos ligados, por sangre o amistad, para toda una vida.

Los católicos escucharemos hoy un recordatorio adusto: “Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás”, indispensable saber de dónde venimos y hacia dónde nos dirigimos. La caducidad física humana es un tributo a las leyes de la vida. La permanencia en la historia es una obra de arte que la tallamos todos los días: ¿somos gente de bien o erráticos caminantes; servidores de la humanidad o de intereses mezquinos? Es curioso hacer una lista de los ecuatorianos que tienen un puesto en nuestra historia y de aquellos que no trascendieron. Con harta frecuencia sucede que invalorables seres humanos escogieron el anonimato; no buscaron trascender, sino vivir y servir, tras bastidores.

Llegó nuestra hora cero. La etapa que sigue, de nuestra incierta vida política, es crucial. Si se quiere, honradamente, romper con el pasado reciente, funesto, es menester hacerlo de verdad y demostrar al pueblo –triunfador por el Sí– que ahora de las palabras se pasa, a prisa, hacia hechos que lo confirmen. Los ecuatorianos queremos ver signos notorios de cambio para tener la certeza de habernos embarcado ya hacia praderas democráticas abandonando una sarta de eslóganes mentirosos y metas perversas. Comparto con ustedes algunos señuelos que podrían indicar ya no la voluntad de cambio, sino cambios tangibles.

1. Urge una franca respuesta del Gobierno Nacional a la grave situación económica. Contratar nueva deuda o camuflar cifras de nada sirve. Es imperioso desmantelar el equipo económico que llevó a esta situación porque es una herencia que no la merecemos. Al toro por los cuernos.

2. La canciller no representa al país; ella es portavoz de una ideología cuestionada; Castro, Maduro, Morales o Lula, peor Assange, nada tienen que ver con nosotros, somos harina de otro costal.

3. El Ministerio de Educación debe ser renovado en sus esferas de mando, altas y medias, y depurado el magisterio de gente inescrupulosa colada en los últimos años. Si la nave educadora desconoce el puerto de llegada o si se entorpece a la tripulación con informaciones incoherentes, falsas o mezquinas, es imperioso un cambio de timón. La educación es el eje del avance o retroceso de la sociedad. Presidente: manos a la obra, la Patria aún confía en usted.

4. ¿Llegó la hora para personas mayores, para gente probada, honesta y culta, con experiencia y sabiduría, para que integren las ternas del CPCCS transitorio?, gente que solamente desee un espacio para pensar en la patria, libre de ataduras o consignas partidistas; personas que nos hagan recordar al Senado de Esparta compuesto por gente mayor a sesenta años. La década malgastada, en todo, arrinconó a quienes pudieron darle experiencia, conocimientos y destrezas no solamente aprendidas, sino vividas.

“LMG es un supino farsante o decidió hacer historia”, pronto lo sabremos”. (O)