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Editoriales Roberto Passailaigue

Por sus frutos los reconoceréis

Por sus frutos los reconoceréis

“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los reconoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos.” Está dicho en la Biblia.
Este pensamiento atribuido a Jesús, pretende diferenciar a las personas falsas, que aparentan ser buenos y actuar bien, pero en realidad son perversos y malvados de quienes solo se espera obras malas.
Ecuador ha perdido al Dr. Julio César Trujillo, abogado, político y profesor íntegro, auténtico y honesto, inclaudicable en su lucha contra la corrupción, altruista y de pensamientos nobles, de comportamiento sereno, de andar lento y de hablar pausado, sentencioso y frontal. Practicante de una ideología de izquierda pragmática y positiva, sin pretender exterminar al sector privado para mejorar lo público, ni confiscar sus bienes para repartirlos entre los muchos pobres y los pocos dirigentes.
Lo conocí, no tuve la suerte de ser su amigo, habré conversado con él unas cuantas ocasiones en la academia por invitación del Dr. Enrique Ayala, pero su fama lo antecedía. Ha entrado a la historia ecuatoriana por la puerta grande, por donde ingresan los buenos, honestos y altruistas.
Combatió a los falsos profetas, corruptos y sectarios, en especial a los causantes de la actual crisis ecuatoriana, pero más que por el perjuicio económico causado, por el daño ético, moral y formativo infringido a nuestra juventud y ciudadanía. Quienes de alguna manera impulsan la lucha anti corrupción, tendrán en la figura de Julio Cesar Trujillo al representante de los valores humanos y ciudadanos, así como de principios legales, éticos y morales. Por sus frutos lo reconocimos.
Para los otros, sus detractores de la década pérdida, el precepto Bíblico que dice: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.”