Responsabilidad del voto
13/11/2025 2025-11-14 12:00Responsabilidad del voto
El 16 de noviembre los ecuatorianos participaremos nuevamente en un ejercicio
fundamental de la vida democrática: responder las preguntas planteadas en la consulta
popular y referendo. Más allá de la obligatoriedad jurídica, esta jornada implica un
compromiso cívico y moral que, nos recuerda que la legitimidad de las instituciones se
sostiene en la participación informada de la ciudadanía.
Este artículo busca invitar a una reflexión serena y responsable sobre el sentido del voto.
No constituye propaganda partidista ni se enmarca en las etiquetas que hoy saturan el
debate público. Hablo como un ciudadano que aspira un país donde las nuevas
generaciones puedan desarrollarse sin verse obligadas a migrar, y donde quienes
permanecemos podamos vivir sin el constante asedio de la delincuencia y de estructuras
criminales que erosionan el Estado de derecho.
En el periodo de silencio electoral, conviene detenernos a pensar en el país que hemos
construido y en el que queremos legar. Mirar hacia atrás, permite valorar aciertos y
errores, así como reconocer los ciclos políticos que han marcado la región y que, en
algunos casos, han derivado en dinámicas de polarización, adoctrinamiento y corrupción.
La ampliación del sufragio a partir de los 16 años abrió la puerta a la participación
temprana, pero también plantea desafíos sobre la formación crítica de ese segmento
juvenil, frecuentemente expuesto a discursos ideológicos que buscan adoctrinarlos.
Quienes somos considerados adultos mayores, tenemos la responsabilidad moral y cívica
de acudir a votar, aunque ya no sea obligatorio. Votar nulo o blanco implica ceder el
espacio de decisión a otros y, en última instancia, favorecer intereses que se benefician de
la apatía o la confusión.
¿Por qué debemos ir a votar este domingo? Todos, incluyendo mayores adultos y menores
de edad con derecho al voto, debemos ir masivamente a votar, porque la consulta no solo
es la votación; es la elección entre dos modelos de país. Uno, basado en el respeto
institucional, la iniciativa privada y las libertades, para lo cual habrá que cambiar la
constitución; y el otro, asociado a esquemas estatistas que en la región han derivado en
restricciones económicas y deterioro democrático, así como el auge de la delincuencia,
bajo la protección de una constitución proteccionista del derecho de los delincuentes.
Este es un momento para escoger con claridad el rumbo que queremos para nuestra
patria y nuestras familias.
Guayaquil, 13 de noviembre de 2025.