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Editoriales David Samaniego

Rumbo a ‘El Dorado’

Rumbo a ‘El Dorado’

Los párrafos que siguen tienen un innegable sabor didáctico. El maestro que ha vivido algunas décadas junto a sus alumnos queda con una tendencia a enseñar, a comunicar sus vivencias. Ustedes saben que El Dorado es un tema inagotable, además un enigma. Los españoles lo buscaron durante sus conquistas; no lo encontraron del todo, pero parte de nuestras riquezas aún reposan en sus museos.

-Nuestro Dorado, esta vez, se llama Morona Santiago. Es posible que algunos de ustedes nunca oyeran este nombre. Entonces, vamos a conocerlo y añadirlo a nuestro bagaje cultural. Para esto viajemos precisamente a Morona Santiago, una de las seis provincias de nuestro Oriente. Estoy seguro de que ustedes sí oyeron hablar de las restantes: Orellana, Pastaza, Napo, Sucumbíos y Zamora Chinchipe. Nuestra selva, nuestros ríos y la riqueza de la Amazonía cuando enamoran lo hacen para siempre. Pero para enamorarse de ellas hay que conocerlas.

-Antes del viaje, mi compañera de ruta estudia conmigo cómo llegar a nuestro destino. Estamos en Salinas, deshojando margaritas. ¿Viajamos a Cuenca para entrar por Paute o Gualaceo? ¿Nos vamos a Tungurahua para ingresar por el Puyo? ¿Salimos de Riobamba hacia Macas? Hermosos parajes, caminos dispares, horizontes nuevos. Lagos, nevados, ríos, praderas y más ganas de vivir. Todas son posibilidades tentadoras.

-Nos decidimos finalmente a entrar por Tungurahua. Salinas, Guayaquil, Babahoyo, Guaranda –un poco más de cuatrocientos kilómetros– los disfrutamos con un clima extraordinario y un Chimborazo radiante. Pernoctamos en Ambato para descansar y avanzar al siguiente día al Puyo. Un viaje corto pero hermoso. El Patate y luego el Pastaza viajan con nosotros. Algo más de cien kilómetros nos separan de nuestra meta. Desde Baños de Tungurahua es posible atisbar el descenso hacia el Oriente; es un gran portón que nos abre el ingreso hacia un mundo fascinante de una vegetación pródiga. Mi hermana Teresita y Renata y Rafaela, nuestras sobrinas nietas, alegran este viaje familiar.

-La ciudad de Puyo cuenta con una intensa vida comercial tanto como centro turístico como por ser ciudad de paso hacia las demás provincias orientales; está estratégicamente ubicada, pues de Puyo es posible dirigirse hacia Sucumbíos, Orellana, Napo, Morona Santiago y Zamora Chinchipe. Puyo es la capital de la provincia de Pastaza; entre sus platos preferidos están el auténtico ‘volquetero’ (exótico ceviche) y el maito de tilapia.

Estamos ya en Morona Santiago. En el camino visitamos Palora, disfrutamos de una excelente vía y del placer de vernos rodeados de selva y más selva; cruzamos el Upano para visitar Macas, luego enfilamos hacia Logroño. Nuestro viaje cumplió con su objetivo: estar presentes en la ya tradicional reunión familiar de los primos Torres. Algo más de doscientos descendientes de Benjamín Torres y Adelaida Íñiguez, oriundos de la Centinela del Sur, estamos presentes. Pormenores de esta cita familiar espero comunicarles próximamente. Cuando se busca desmembrar a las familias vale abogar por su unidad.

El periplo Salinas, Guayaquil, Guaranda, Ambato, Puyo, Macas, Logroño, Cuenca, Yunguilla, Pasaje, Guayaquil, Salinas, cerca de mil quinientos kilómetros, es una inversión efímera para un fascinante baño de patria y para volver a sentir que la unión familiar es semilla de innúmeros valores.